martes, 30 de agosto de 2011

Entrevista a Norman Briski

"LA REVOLUCION NO SE HACE EN EL TEATRO"


Por Charly Zarate

El actor, director y dramaturgo Norman Briski nos recibió en el Teatro Caliban, su refugio cultural, con la excusa de hablar sobre su nueva obra "No te vayas, con amor o sin él", aunque temas como la política, las utopías y la relación entre teatro y realidad social fueron también ejes de esta charla íntima con La Voz Joven.

Norman Briski nos hubica  una mesa en el medio del escenario y arrima tres sillas para comenzar la entrevista en el alma de su teatro-escuela Caliban, donde hace años se desempeña como docente y programa obras de su autorí­a.

CZ: ¿Por dónde le atraviesa el teatro hoy?

- Es mi manera de ver al mundo, el juego que encontré para mi vida, mi deporte favorito.

- Si tomamos al teatro desde su sentido lúdico, ¿qué es lo que todavía le sigue divirtiendo de actuar?

- Todo lo que implica hacer una obra de teatro, lo cognitivo y las relaciones interdisciplinarias que va explorando el actor.

- ¿Por qué empieza por la pantomima?

- Porque era un adolescente con un cuerpo muy expresivo, yo digo que era todo cara (se ríe). La otra razón tiene que ver con la expresividad en el campo de la no palabra, tenía capacidad de invencionar cosas sin usar la palabra y eso me sigue fascinando todavía.

- ¿Un histriónico?

- No sé si tan así, porque histriónico ya implica una estética muy precisa. Me parece que la no palabra dicha pide los recursos expresivos totales. Histrión tendría más que ver con la Comedia del Arte o algo parecido.

- El impulso creador del actor transita por diferentes técnicas y métodos. Imagino que usted ha experimentado una gran variedad. ¿Desde dónde se para actualmente al componer un nuevo personaje?

- Permitime corregirte, yo no compongo personajes. Es una definición un tanto agotada. Componer significa un artificio que el teatro a partir de Stalivnasky y otros maestros se despojan ya del trabajo del actor. Ya no es "hacer como si" sino vivir una escena con tu propio cuerpo que tiene muchos cuerpos. Entonces sería que yo no compongo sino asumo roles que me siento cercano a los que puedo ponerles el cuerpo e interpreto esos roles. Esto es distinto a representar un rol que sería aquella vieja palabra de componer.

- ¿Esto tiene que ver con el denominado Teatro de la Afectación?

-Seguro. Suena raro pero es así. Con la palabra afectación pareciera que mal herimos, pero tiene que ver con que el teatro te atraviese, te afecte.

- Hay una frase que suya que me interesa rescatar al respecto, donde asegura que: "Un actor es un buscador de escenas"...

- Es un buscador de vidas. Y la vida tiene escenas, entonces el actor va buscando donde aparece una intensidad determinada, un estado preciso, y eso es muy lindo encontrarlo en la realidad para hacerlo de uno.

- ¿Esto se relacionaría con el teatro comunitario que usted experimenta?

- Si, teatro de la comunidad o teatro popular. A mí me parece que es una estética distinta y muy atractiva que tiene que ver con lo que llamo Teatro Necesario. Hay un teatro deseable y otro necesario. Bertolt Brecht enseña un teatro que tiene carácter de urgencia, si se quiere didáctico y encierra un teatro más de la representación de un compromiso; de un teatro para acompañar un social histórico, para acompañar luchas populares. Acompañar dije, la revolución no se hace en el teatro. Y ese teatro tiene esa capacidad de fiesta y algarabía.

“Estos progresismos me confunden”



A Norman Briski le cuesta separa sus teorías teatrales de la realidad social que lo circunda. Y tiene la autoridad para hacerlo a sus 73 años, con más de cincuenta en carrera y tras haber estado ocho años exiliado en España, por la amenaza y persecución que sufrieron tantos artistas durante la última dictadura militar.

- En los últimos tiempos se han abiertos cerca de doscientos nuevos espacios de teatro independiente, Buenos Aires tiene una cantidad enorme de obras en los distintos circuitos. ¿Porque será que los jóvenes eligen tanto el teatro para expresarse? ¿Cómo se puede leer este fenómeno?

- Me parece que expresa que la moda no atrapa todo, y ahora se puso de moda el teatro y cuando el teatro se pone de moda no le hace bien. Tampoco conozco todo lo que se está haciendo en la Argentina pero me da la impresión que muchos de esos jóvenes tienen la influencia del posmodernismo, como que no tienen rebeldía ni subversión. Simplemente están jugando al teatro del teatro, como el posmodernismo juega con la arquitectura de la arquitectura o la cultura de la cultura. Eso es un segmento, después hay cosas que son muy interesantes, y que de todas maneras no da la impresión que hoy la Argentina está en un momento de alto interés en el teatro. La nueva camada no tiene la potencia que tuvo en su tiempo la dramaturgia de Griselda Gambaro o de Edurdo Pavlovsky.

- No habría representatividad.

- Es que el teatro no necesitaría de la representatividad, necesita de talento y de gente que se inspire en lo que está pasando pero me da la impresión que no veo grandes novedades como he visto en otros momentos. Aunque son los altibajos normales de sociedades que se han vuelto muy consumistas y el teatro también se ha vuelto consumo.

- Signo de los tiempos si se quiere ¿no?

- Signo de los tiempos son graves. Y todavía el teatro no dio cuenta de la gravedad de estos capitalismos pseudo dependientes o pseudo independientes. A mí me vuelve loco esta situación que está sucediendo, estos progresismos me confunden mucho porque por un lado tienen cosas ligadas a lo que significo treinta mil muertos en Argentina pero por otro lado hay veintidós muertos este año.

- ¿Ve una exacerbación en la política de los Derechos Humanos?

- No hablaría de los Derechos Humanos porque está muy bien que así se encare pero también es un derecho humano que todos los chicos tengan un nivel proteico estable, que en el Borda tengan una internación digna. O una falsa idea de la seguridad porque está ligada a la propiedad. Todo este conjunto de cosas como ambiguas no entran a ser contradictorias sino que a mí me ponen en la confusión y en el mal menor, elegir el mal menor y como soy grande yo no tengo ganas de elegir el mal menor, quiero elegir lo mejor para mi gente y para mí.

- A propósito de ello en su nueva obra llamada "El barrio se subleva" trata el tema de la impotencia de poder modificar lo ya instalado. ¿Intenta transmitir su desencanto allí?

- Me parece que es probable que haya una desilusión, yo no estoy desilusionado porque nunca me ilusioné.

- ¿No creyó nunca en las utopías?

- Sí. Me ilusiono del utópico pero no de lo que tenemos como realidad. Me da la impresión de que lo ilusorio sería la patología de la ilusión. Yo no sufro de lo ilusorio sufro de mis ilusiones que ha sido un proyecto de país más ecuánime más justo más independiente. No quiero un capitalismo generoso porque nunca existirá, porque nunca voy a creer en un patrón bueno. Esto es un gatopardismo que apunta a un cambio sin que cambie nada. Y con una derecha que es de temer, entonces te ponen en la locura de elegir entre un River o un Boca, y yo soy de Independiente.

No te vayas, con amor o sin él

De entrada nos encontramos en el alma oscura de una casa en la cual se irán sucediendo todos los acontecimientos cotidianos que dibujaran claramente a estos dos personajes sin nombre pero con mucho contenido psicológico. Una mujer paralitica y su empleada doméstica envueltas en juego dialectico de sometedora- sometida condicionado por la acción de dependencia entre amo y esclavo.

La historia se va articulando con momentos claustrofóbicos no sólo por la acción y el conflicto planteado sino por el ambiente, con una acertada puesta en escena y disposición del espacio escenográfico incorporando hasta un inquietante ascensor.



- ¿Cuál fue el disparador de la obra?

-Una mujer que estudio conmigo que venía en silla de ruedas y había dificultad de encontrarle material a ella que le fuese propio, entonces me dediqué a realizarle algunos reportajes para encontrar un poco su esencia y trabajar sobre algo más que lo autobiográfico

- ¿Cómo trabajo la discapacidad de su alumna en la actriz Eliana Wassermann?

- La mejor manera de hacer a una persona que está en silla de ruedas es una persona que camina, y viceversa. O cuando una persona paraliza sus piernas aparece como una potencia de cómo te adaptas a otro cuerpo con esa dificultad entonces aparecen cosas muy novedosas. Y Eliana tiene unas condiciones de parálisis que son un poco asustantes, que a veces no se puede levantar de la silla o que pierde el control de sus piernas s totalmente. En ese sentido esta bueno el trabajo.

- Está contento con el resultado.

- Yo creo que tanto Eliana Wassermann como Carolina Molini son dos actrices nobles, que se enchufan, que se la creen y juegan seriamente a que están viviendo esas situaciones tan difíciles. Por otro lado también sorprendido con el contenido de la obra; que un tema tan trillado como la dependencia del trabajo interese tanto a la gente que esta tan atenta al tema que estamos viviendo para dar nuestro trabajo a otro, que otros vivan de nuestro trabajo.



- Yo también leí otras metáforas la sumisión, la opresión, la marginalidad la explotación…

- Claro, y el explotador explotado, porque el empleado también se revela.

- Hay un determinante cambios de roles, sentí vos lo que se siente estar acá…

- Seguro, pero más que sentir, hay un fuerte planteo de usurpar el lugar del otro porque está podrido de ser el esclavo, y ahora que es dueño experimenta la alienación de su amo. Lo que tiene de interesante la historia es que no es previsible lo que va sucediendo. El teatro cuando es previsible está muerto.

"Mi maestro fue el teatro mismo"

-Con respecto a su labor cinematográfica ¿recuerda algún personaje con el que se haya identificado?

- Yo hice como ochenta películas, en cada una encontré algo interesante pero me parece que nunca hice una gran película. Trabajar en “La Cruz” de Alejandro Agresti me encanto hacerla. Ahora acabo de terminar otra con él, hoy pude verla terminada. Un peliculón (se entusiasma). Se va a llamar “Limbo” y está protagonizada por John Cousak, Romina Riccie y Juanita Viale. Hago de un facho argentino…

- ¿Cómo se creyó eso usted?

- Sí, sí, cómo no me lo voy a creer. Conociendo la historia argentina, no solamente no me cuesta hacerlo sino que además defiendo algunas posturas de esta ultra derecha genocida. Porque si uno se pone a pensar en los que fundaron este país, los que hicieron este país nación fueron los genocidas que terminaron con todos los indios, Roca, Mitre con algunas excepciones Belgrano, Castelli. Pero los que hicieron la argentina son esos genocidas y es ese ejército, pero no había clase política ni siquiera había curia. Entonces son los responsables directo de lo fundacional de la Argentina ese ejército de Videla también de San Martín.

- ¿Con esta fundamentación pudo defender la credibilidad de su rol en la película?

-Me es fácil defender, como no vas a defender eso que hicieron estos tipos. Con excepciones claro, Lucio Mansilla contra los anglo franceses, Brown…hay gente muy linda en la historia argentina pero hay gente espantosa que ha fundamentado que la Argentina hoy sea lo que es. Porque si no estarían los pueblos originarios como en México o Brasil. Porque en Brasil todos hablan bien de Lula pero están las organizaciones de gente sin tierra, que no tienen vivienda y la pobreza y los sueldos están peores que acá. De que estamos hablando entonces. Mucha propaganda y la elige el mal menor. Porque desconoce o no quiere avivarse como los treinta mil muertos, ¿nadie se dio cuenta? ¿Zafaroni no sabía que tenía cinco edificios? Qué raro no, un tipo tan inteligente y astuto.

-La eterna política de tapar.

- Y el que tapa y tapa, te vuelve Shocklender o sea no tapemos más, y siempre la liga uno porque uno quiere tapar. La historia de esos jóvenes argentinos que daban la vida por un país más lindo, por lo menos decilo , estos tipos tienen que saber lo que están haciendo. Te van marginando, yo tengo mi cueva. En esa marginación yo tengo más contacto con la gente de los bordes que me inspira y me da mucha vitalidad.

- ¿Y también esa vitalidad se debe dar en la docencia?

-Seguro. La vitalidad que te dan los jóvenes de querer estar en un juego apasionado. El joven lo que viene a buscar acá es apasionarse con algo que le gusta, entonces ya es respetable para mí un estudiante de teatro.

- Hay un viejo mito entre los estudiantes de teatro con respecto a que usted suele obligar a desnudarse a sus alumnos. ¿Es cierto?

- (Risas). Jamás les he dicho eso. Pero en los juegos de improvisación hay alumnos que le gusta hacerlo. Pero si hay muchos jóvenes a los que les gusta quitarse la ropa, algunos por exhibicionistas y otros como un acto liberador.



Con Cristina Banegas Y Maria Onetto en "Tratame bien"

-¿A quién de sus pares considera referentes importantes?

- En Argentina hay muchas cosas a favor de ser un trabajador del teatro. Considero que Juan Carlos Gene tiene cierta seriedad, la compañera de él Verónica Oddo, así como también Cristina Banegas, Lorenzo Quinteros, Ricardo Bartis son gente linda que está discutiendo lo que hace.

-¿Y sus maestros quienes fueron?

-Mi maestro fue el teatro mismo, no tanto los maestros en sí mismos sino lo que vi de teatro desde los seis años. Me llego mucho la cosa flamenca, el deporte, todas esas cosas me inspiran y no haciendo una división. Para mí Menotti es un maestro, y bueno mezclo todo. Porque me da la impresión que hay una especie de exclusividad y cuando el teatro se vuelve así se torna oscuro, teatro del teatro y a mí me gusta el teatro de la vida.

CHARLY ZARATE

Colaboración especial: Claudia Stiglitz

Dónde ver su obra

“No te vayas, con amor o sin él”

TEATRO CALIBAN

México 1428 PB 5°

Capital Federal

Reservas: 4381-0521

Entrada: $ 35,00 y $ 25,00

Sábado - 21:00 hs

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