viernes, 29 de junio de 2012

Entrevista a María Rosa Frega

“Los personajes patéticos me encantan”



Por Charly Zárate

Hace más de diez años que le pone el cuerpo a “La suplente”, uno de los unipersonales más exitosos del teatro argentino creado por el dramaturgo y director Mariano Moro con quien integra la compañía Los del Verso. Junto al actor Mariano Mazzei también está presentando “Azucena en cautiverio”, una suerte de segunda parte en la singular y delirante historia de la profesora de literatura que ahora visita al psiquiatra.

Para un actor la televisión le puede genera popularidad, el cine una trascendencia internacional, pero en el teatro eso se hace más difícil y en el circuito independiente aún más. Es una travesía llevar gente a las salas y conseguir una buena producción, y la autogestión se convierte en una tarea quimérica muchas veces. Pero el actor de teatro es un ejemplar único, y la pasión que pone por llevar adelante su ritual es absolutamente admirable. María Rosa Frega es una actriz de pura cepa teatral y dotada de un talento superlativo.

Nos encontramos en un bar de Palermo, su barrio actual. María Rosa nació en San Nicolás, pero vivió una larga temporada en Mar del Plata donde descubrió su vocación y a quién la acompañaría en su larga trayectoria artística.
Recuerda una anécdota de muy joven cuando marchó con sus amigos a una supuesta fiesta de disfraces que los habían invitado, pero en realidad habían sido engañados y ni la dirección que les habían dado ni la fiesta existían. Lejos de amedrentarse, se fueron a una plaza y empezaron a jugar e improvisar con los personajes que habían elegido, tenía dieciocho años y el teatro la había atrapado para siempre.

Lo lúdico y grupal migró hacia obras infantiles que fueron los cimientos de una amplia profesionalización a través de diferentes seminarios con Horacio Medrano, Ernesto Suarez, Ángel Orfino y hasta uno de "Kabuki y melodrama" con David Glass. "El actor debe ser completo y cuanto más perfeccione su técnica mejor", asegura. Por eso abrevó en disciplinas tales como el clown, mimo, acrobacia, murga y danza teatro; e incluso estudió dirección con Renzo Casali.
Junto al actor, director y dramaturgo Mariano Moro fundaron la compañía teatral Los del Verso, cuya denominación engloba la forma de trabajar que han adoptado, al montar la mayoría de sus obras precisamente en verso tomando como base la tradición clásica y combinándola con los códigos lingüísticos actuales y un humor de alta excelencia.

Actualmente se encuentra presentando la 11° temporada de “La suplente” en el teatro Moliere (sábados 20:30hs), con la cual ha recorrido una extensa gira por España, Ecuador, también en el interior de nuestro país y se ha presentado en Festivales Internacionales de Latinoamérica y Europa. Su personaje fue bautizado por Mariano Moro bajo el nombre de Azucena Marchitte (con doble T), y se trata de una profesora suplente de literatura que se presenta tímida en su primera clase frente a sus alumnos, a quienes los remonta con su verborragica pedagogía a tierras de Sor Juana Inés de la Cruz, Cervantes y Quevedo, entre tantos otros; pero pronto comienza a verse desbordada por sus pasiones y hacer catarsis pública de sus frustraciones. Frega y Moro logran un trabajo único y absolutamente admirable.

Y para oponerse al viejo mito de que las segundas partes no son buenas, acaba de estrenar la temporada porteña de “Azucena en cautiverio”, justamente la segunda parte de “La suplente”, donde la desopilante profesora termina luchando cuerpo a cuerpo con psiquiatra más loco que ella. Allí la fiesta teatral se torna sublime, ya que es el talentoso actor Mariano Mazzei quien la acompaña en escena. “Trabajar con Mariano es un placer enorme, con él despliego todo mi arsenal lúdico”, confiesa.


"El teatro me eligió a mí"

CZ: ¿Cómo y cuándo se conocieron con Mariano Moro?

MRF: Nos conocimos de muy jóvenes en Mar del Plata siendo espectadores mutuos de nuestros espectáculos, yo formaba parte de un grupo de clowns llamado Las divinas con medias y él tenía otro de humor denominado Los fiambres a las góndolas. Pero recién nos hicimos amigos cuando me vine a vivir a Buenos Aires en el año 1996; Mariano estaba en el Match de Improvisación de Mosquito Sancineto y me enteré que necesitaban actrices. Allí compartimos un año de trabajo y nos hicimos muy amigos. Un día me dice que había escrito una obra y quería que la leyera, era sobre el mito de Orestes, en verso y con humor. Se trataba de “Matarás a tu madre”, para mí uno de los textos más geniales de Moro, allí representaba cinco personajes y significó mi primer trabajo dirigido y el puntapié inicial para nuestra compañía.

CZ: ¿Qué disfrutas más cuando estas construyendo tus personajes?

MRF: Siempre me gustó más lo corporal que lo psicológico de un personaje. Mi forma de trabajar es buscarle primero el cuerpo, su manera de caminar, su forma de hablar… Luego me introduzco de lleno en su interioridad. Creo que el actor tiene que expresar con el cuerpo, que es su instrumento principal y es también donde radica la verdad de su trabajo.

CZ: Después de “Edipo y Yocasta “ y “Mataras a tu madre” llegó la tercer obra de la compañía con “La suplente”, que se ha convertido en un clásico del teatro independiente. ¿Cómo fue el proceso de creación de tu primer unipersonal?

MRF: Al principio no me interesaba hacer unipersonales, porque lo que había visto hasta ese momento sinceramente no me gustaba, además pensaba al teatro desde otro lugar, como un hecho grupal. Le costó bastante a Mariano convencerme, hasta que finalmente acepté. Él dice que la escribió pensando en mí. La obra la recibí en tres partes, cuando arrancamos los ensayos aún no sabía ni cómo terminaba.

CZ: ¿Qué es lo que te cautivó de esa profesora de literatura suplente?

MRF: Me encanta que sea un personaje patético, y además me gusta mucho como piensa Azucena Marchitte sobre un montón de temas, como la pasión por las cosas verdaderas, dejando de lado la estupidez y la frialdad. También me parece interesante la postura que toma con respecto a estar relegada a un rol suplente por otro que no merece el lugar que ocupa. Su mirada e idolología no pierden vigencia a pesar de haber sido escrita hace más de diez años.


"La suplente"

CZ: Además, es una obra que estimula la lectura…

MRF: Es verdad, acercó a mucha gente a la literatura. Y a la vez, como espectador no te quedas afuera por más que nombre a gente de la intelectualidad que alguien quizás no conozca, porque ella nos va contando y enseñando desde su singularidad. Es una mezcla perfecta entre lo culto y lo popular.

CZ: ¿Cómo la compusiste?

MRF: Al principio caí en el prototipo de “la profesora”, engreída y pedante. Pero Mariano me decía que debía ser totalmente vulnerable, hasta que pronto encontré la postura corporal que matizó definitivamente el personaje. Lo que más me costó fue aprenderme la letra.

CZ: ¿De qué manera podrías definir la direccionalidad de Mariano Moro?

MRF: Al ser también psicólogo, va a la profundidad e interior del personaje. Si uno como actor es receptivo y elabora la información que te va dando, se llega un gran personaje. Mariano es un director de texto y de actores; la escenografía y la estética no le importan mucho.

CZ: El año pasado dirigiste a Emiliano Dionisi en su espectáculo unipersonal “Perderte otra vez”, ¿Cómo te llegó esa propuesta?

MRF: Con Emiliano nos conocimos haciendo “Refugio de pecadores”, una obra de danza teatro que dirigió Mariano Moro, y a partir de allí nos hicimos muy amigos. Sorprendentemente para mí, el año pasado me ofreció que lo dirigiera en esa obra que él había ideado. El texto eran solo dos hojas con marcaciones de un unipersonal solo con música y ninguna palabra, me pareció interesantísimo. Él quería combinarlo con acrobacia, y conectamos increíblemente en todo. Nos embarcamos juntos en una locura que nos terminó llenando de satisfacciones.



"Una mujer en campaña"

CZ: ¿Cumpliste el sueño del actor que dirige?

MRF: Nunca me había planteado esa idea, pero pude volcar otra cosa creativa, porque a mi me interesa la puesta en escena y las imágenes. Éste espectáculo me pareció ideal para expandirme en ese sentido.

CZ: ¿Qué se te revelo?

MRF: Me descubrí obsesiva en el detalle del otro. “Perderte otra vez” tiene un nivel técnico muy musical en el cual hay que medir cada tramo y todo debe ser calibrado y perfecto. El mismo espectáculo demandaba ser obsesivo.

CZ: Sos una actriz de raíz autogestora e independiente. ¿Cómo ves el actual mapa del teatro con tanta oferta de espectáculos?

MRF: Creo que si el producto es bueno, eso marca la diferencia. El movimiento teatral que hay en Buenos Aires es un referente mundial. Para los españoles, los actores argentinos son los mejores.

CZ: ¿Por qué crees que hay tanta gente volcada a estudiar actuación?

MRF: Tengo posiciones encontradas con respecto a eso, ya que muchos chicos lo comienzan hacer por esa cosa de la fama, pero por suerte algunos desvían el camino cuando encuentran algún buen maestro y se enamoran del teatro. Por otro lado, lo que más me asusta son los formadores, esa gente improvisada que se lanza a enseñar lo que aún ni siquiera han aprendido, me parecen deshonestos.


"Cleopatra"

CZ: ¿Das clases?

MRF: No, quizás más adelante. Mientras tenga muchas ganas de actuar lo voy a seguir priorizando. Cuando decidí ser actriz, me dediqué a actuar y vivir de esto. Nunca lo tome como salida laboral el hecho de dar clases.

CZ: ¿Por qué elegiste hacer teatro?

MRF: Recuerdo que cuando era muy chica había visto un espectáculo que me marcó mucho, creo que se llamaba “La tragedia cómica”, un unipersonal en el cual al actor lo dominaba su clown interno, el tipo quería ser un actor trágico, pero cuando emergía el clown éste contaba que él lo había elegido antes de nacer y que nunca podría escapar de su esencia clownesca por más tragedia que se proponga encarar. A mí eso me fascinó. Siento que soy una elegida del teatro y no que yo elegí al teatro. No me imagino haciendo otra cosa que actuar.

*****
Apuntes, machetes…

- Algunas otras obras de María Rosa Frega son: “Cleopatra”, “Una mujer en campaña”, “El mal menor (Ifigenia)”, “El Imperio Argentina”, “Edipo y Yocasta”…
- Algunos premios obtenidos por la actriz son: Estrella de Mar2004 al mejor espectáculo unipersonal y Primer Premio Festival de Monólogos Dourados 2004 (en Brasil), ambos por “La suplente”…
- Algunas nominaciones: en repetidas ocasiones a los Estrella de Mar como mejor actriz, en el 2004 compartió la terna con Alicia Bruzo y Soledad Silveyra; en el 2011 fue nominada por primera vez como directora por “Perderte otra vez” ( el espectáculo ganó como Mejor Unipersonal de Humor)…



DOS DÍAS CON FREGA

LA SUPLENTE



Interprete: María Rosa Frega
Autor y director: Mariano Moro
Funciones: Sábados 20:30hs
Teatro: Moliere (Balcarce 682)
Reservas: 4343-0777



AZUCENA EN CAUTIVERIO



Interpretes: María Rosa Frega y Mariano Mazzei
Autor y director. Mariano Moro
Funciones: Vienes 20:30 hs
Teatro: Moliere (Balcarce 682)
Reservas: 4343-0777



domingo, 17 de junio de 2012

Entrevista a Pablo Rotemberg

“Para crear confío en mi intuición"




Por Charly Zárate

Pablo Rotemberg es un artista ecléctico, concertista de piano, actor, bailarín, guionista de cine, director, pero sobretodo uno de los más talentosos coreógrafos que ha parido nuestra danza contemporánea. Su rasgo e identidad singular se pueden ver en “La idea fija”, la obra de teatro danza que se ha transformado en un fenómeno de la escena independiente y que transita su tercera temporada de éxito.

Empezó a tocar el piano a los seis años por elección propia, aunque su intensificación en la formación siguió un poco al mandato familiar, dice que cuando decidió dejar de estudiar fue más difícil para su padre que para él.
Siente profunda admiración por la gente que se dedica a la música, y la considera entre las disciplinas artísticas como la más metafísica e intangible. "Los músicos son muy raros y están tomados por ese mundo.”
En su búsqueda artística de adolescencia se fueron entrelazando su gusto por el paisajismo, el cine y la danza. Pero a los veinte años se impuso el trabajo con el cuerpo y su relación con el espacio y la música. Mientras estudiaba teatro en la escuela de Ricardo Bartís conoció a Laura Oliva quien también tomaba clases de actuación allí, pero ya era bailarina. Recuerda que su influencia lo ayudo a volar sus fantasías de ser actor y anclar de lleno en la danza.
El recorrido que realizó por diferentes profesores como Cristina Barnils, Gloria Kazda o Renate Schottelius, lo llena de orgullo y con cierta nostalgia asegura que “hoy ya no existen ese tipo de maestros”.
CZ: ¿Qué diferencia hay entre estudiar danza en Buenos Aires o en el exterior?

PR: En este país, la formación básica para alguien muy joven es adecuada. Hay una tradición en la danza tanto en la clásica como en la contemporánea, pero lo que falta es la variedad que hay en Europa. En ese sentido somos una periferia bien delimitada. En la danza existe una constante idea sobre la evolución y las modas. Si bien el teatro también esta pendiente de nuevas tendencias, creo que en la danza eso se manifiesta de manera más paranoica. Hay una necesidad de estar siempre ligado a lo más novedoso e innovador, y eso no nace acá sino en el exterior. Lo cual obliga a tener que perfeccionarse en otros lugares.

CZ: ¿Eso puede cambiar?

PR: Lo cierto es que si uno viviera en un país donde hubiera una política cultural donde se estimularan los intercambios como lo fomentan los países europeos, o mismo en Brasil y Chile, probablemente no sentiríamos eso, porque acá hay cosas que están muy buenas. Si uno logra vincularse con otros lugares es por motus propio.

CZ: ¿Cuál es el nivel de masividad de la danza contemporánea en nuestro país?

PR: Para ser sinceros la danza “no existe” socialmente. No es una institución reconocida ni hay un respaldo suficiente. Lo único que nos sostiene en Buenos Aires es Prodanza donde uno puede llegar a poder tramitar algún tipo de subsidio. La danza no tiene la relación con los espacios públicos que tiene el teatro. No tenemos una “calle Corrientes” como lugar de encuentro. Los que estamos en esto lo hacemos por pura pasión.



"La danza está muy pendiente de las últimas tendencias"


CZ: ¿Qué es lo que más te moviliza?

PR: Recuerdo una charla que tuve la oportunidad de tener con Julyen Hamilton, que es un maestro de improvisación ingles con quien tomé clases, donde él expresaba claramente que el espíritu de la danza es muy marginal, y que eso tiene una parte que a veces lo frustraba, en el sentido del reconocimiento y lo económico, sobre todo cuando uno es más grande y empieza a pensar en otras cosas; pero también si uno lo tomaba desde el sentido mismo de la vocación es una disciplina muy libre. Creo que la virtud de la danza tiene que ver con un grado de libertad que para mí es muy particular.

CZ: ¿Cuál es tu grado de obsesión cuando estas creando?

PB: Lo que expresa la danza tradicionalmente es a través de la forma, tiene una esencia muy obsesiva y hasta podría emparentársela con las artes visuales. La obsesión es un rasgo psicológico de mi personalidad, aunque en los procesos de creación intento, muchas veces, cambiar esa mirada obsesiva por una más “comercial”, para no tener que estar tan pendiente del detalle puntilloso en determinados movimientos que pueden ser imperceptibles para el público.

CZ: ¿Cómo se diseña una coreografía?

PB: Eso depende de la visión que uno tenga de la danza. En mi caso, siempre tengo una imagen de mí donde proyecto mis ganas de lograr ser una persona organizada y planificada, y en relación al trabajo y las coreografías siempre tengo esos delirios, de poder llegar al primer ensayo de lo que fuere portando imágenes e investigaciones previas, aunque en realidad nunca lo puedo hacer. Entonces confío en la intuición.

CZ: ¿Eso te genera conflictos?

PR: Me cuesta reconocer que quizás los métodos de uno son buenos, pero siempre pienso que los que no tengo son los que tendría que tener. Aunque los que uso evidentemente me funcionan. De hecho ahora estoy trabajando en el IUNA dentro del Proyecto de Graduación 2012 de la Licenciatura en Actuación de Artes Dramáticas, donde habitualmente convocan a cuatro directores de teatro, lo cual para mí fue una sorpresa y un gran desafío que me llamaran. Son veintidós alumnos que se reciben de actores con una obra que deben hacer conmigo, te confieso que me da un poco de pánico la idea. Estoy acostumbrado a trabajar con bailarines pero el actor es muy diferente, es un mundo que no termino de entender.

Con "El lobo" ganó un merecido reconocimiento
CZ: Dentro del proceso de creación y ensayo desde tu rol de director, ¿te involucras más con el cuerpo o con la mirada direccional?

PR: Para este proyecto estoy trabajando bastante con los cuerpos de los otros, porque estoy muy dolorido físicamente; eso es algo que me molesta, no poder estar en este proceso con el cuerpo más presente. Además, me aburre y me genera un distanciamiento. Pero también es cierto que cuando trabajas con los otros, algo cambia, sino uno tiende a caer en los mismos signos. A veces, veo trabajos míos como interprete donde advierto los mismos movimientos y estructuras.

CZ: Pero esa es tu identidad como artista…

PR: Esta bien, eso es un rasgo, pero suele haber una mirada muy crítica sobre eso. Ahora que soy más maduro, entiendo un poco más y sé que eso no tiene nada que ver con falta de creatividad ni significa que uno sea un chanta, sino que es una marca de uno. Hay personas que hacen procesos en los cuales una obra es totalmente diferente a otra y cambian radicalmente el enfoque de su trabajo; a mí eso nunca me sucedió. Mi evolución, por el momento, siento que pasa por ir manteniendo un mismo camino. Y no estoy de acuerdo cuando esto se crítica.

CZ: ¿La obra “El lobo” fue un punto de inflexión en tu profesión?

PR: Absolutamente, porque fue la primera que dirigí y la que estaba más presente en la escena, ya que hasta ese momento había trabajado solo como interprete. Fue una experiencia increíble. Yo no he realizado muchas obras, me tomo mis tiempos. “La idea fija” la empezamos a ensayar en el 2009 y llevamos tres años de funciones. En el medio lo único que hice fue algo para el Ballet de Julio Bocca y el montaje de Ciudanza.

Junto a Karina k en "Souvenir", brilló el pianista y nació el actor
CZ: ¿Cuál fue el disparador de “La idea fija”?

PR: Sinceramente no tenía ninguna idea previa. Nos comenzamos a reunir con el grupo original, porque en estos años el elenco fue mutando, y empezamos a ensayar e improvisar sobre la nada. Al principio fue un proceso que padecimos todos, ya que solo tenía un cronograma con los horarios para los ensayos. Los primeros seis meses fue muy angustiante para mí porque no sabía que es lo que teníamos que hacer, incluso hubo gente que colapso y se retiro del proyecto. Y finalmente cuando teníamos la fecha del estreno se empezó a montar la obra, de esta manera que yo trabajo que es más tradicional, haciendo series y teniendo en cuenta que no es una performance. Trabajamos desde ese lenguaje y con esa visión. La temática de la sexualidad apareció azarosamente, si es que la obra trata realmente de eso.

CZ: Creo que hay mucho subtexto por debajo de esa superficie…

PR: Seguramente los haya, no sé realmente de qué trata la obra, ya que el sentido esta muy liberado. Quizás la idea más fuerte este centrado en la soledad de los cuerpos, en la ausencia de persona. Como en la película “Un año sin amor” (Anahí Berneri), si no hubiera existido antes creo que ese hubiera sido un buen título para la obra.

CZ: Sobretodo en esta última temporada, se vienen agotando las entradas. ¿Por qué se da este fenómeno popular en una obra que sienta sus bases en la danza?

PR: Es una obra a la que le va muy bien porque no es un trabajo hermético como pueden ser otros de danza contemporánea que son más específicos en su lenguaje. Mi material de creación es más accesible.



"Creo que "La idea fija" nos habla de la soledad de los cuerpos"

CZ: Acabas de concluir la cuarta temporada de “Souvenir”, dónde además de acompañar con el piano, lograste junto a Karina K una pareja muy singular. ¿Lo vivís como un crecimiento actoral?

PR: Cuando empecé en el 2009 estaba muy tenso y era bastante desastre actuando. Iba a los ensayos y ni siquiera sabía dónde ponerme en el escenario o qué era lo que tenía que hacer. Pero gracias a Valeria Grossi, que fue la couch actoral que me puso Ricky Pashkus, algo se fue transformando. El año pasado tomé un seminario sobre Chejov con Beatriz Spelzini, y a pesar que no lo pude terminar, cuando retomé esta última temporada con ”Souvenir” pude sentir que entendía un poco más sobre el oficio del actor, aunque me sigue pareciendo muy delirante lo que hacen.

CZ: ¿Cómo se intervincularon con Karina K?

PR: Genial. Ella es un tipo de actriz única y dotada de una pasión desmesurada como artista. Tiene una manera de componer personajes que es tremendamente virtuosa. Además es una persona muy generosa y agradable. He aprendido mucho de ella. Quizás, si hubiera tenido que trabajar con alguna otra persona, me podría haber torturado porque yo era un desastre al principio.

CZ: ¿Cuál es tu proyecto más inmediato?

PR: En estos momentos estoy ensayando “La casa del diablo”, una obra para el Teatro San Martín, que es un programa compartido de media hora de duración, con Ana Garat y Gabriela Prado, para estrenarse en el mes de julio. Estamos en un arduo proceso de ensayo todos los días junto a mis asistentes que son Josefina Gorostiza, Valeria Polorena y Leonardo Gatto.


CZ: Si tuvieras que destacar alguna escena que hayas transitado con plenitud absoluta, ¿cuál elegirías?

PR: Hay muchos momentos en donde uno siente que esa ficción de la cual forma parte, esta ligada al presente de manera muy fuerte. Es allí donde entendes definitivamente que es eso lo que tenes y debes hacer, entonces todo el resto se esfuma, y ya no importa la falta de financiamiento, las criticas o el pobre reconocimiento. La noche del reestreno de esta tercera temporada de “La idea fija”, venía de hacer la función de “Souvenir” y mientras miraba la obra de afuera, observaba a los bailarines como distanciado y pude tomar conciencia que lo que había creado tenía vida propia y sentí un profundo éxtasis de plenitud.
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LA IDEA FIJA

Texto y dirección: Pablo Rotemberg
Intérpretes: Alfonso Barón, Ezequiel Corbalan, Rosaura García, Vanina García, Mariano Kodner
El Portón de Sánchez
Sánchez de Bustamante 1034
Funciones: Domingos a las 21
Entrada $ 50. Estudiantes y jubilados: $ 40.
Reservas: 4863-2848
BONUS TRACK ROTEMBERG
* Es egresado del Conservatorio Nacional de Música y se recibió de guionista en la Fundación Universidad del Cine.
* Realizó estudios de danza y teatro con reconocidos maestros en Argentina, Bélgica, Francia y Estados Unidos, además de los mencionados en la nota se suman Mark Haim, Kristie Simson, Wim Vandekeybus y Gabriel Chamé.
* Sus trabajos como coreógrafo y director han participado en innumerables festivales nacionales e internacionales.
* En el 2002 publica su primer libro llamado “La vida nunca”.
* En 2006 realizó, junto a María Gracia Geranio, un film de danza sobre una de las piezas de la obra La rosa de los vientos del compositor Mauricio Kagel, que fue presentado en el Centro de Experimentación del Teatro Colón, y fue seleccionado para participar en el Dance Camera West Dance Film Festival 2009 (USA) y en el Festival Cinedans 2008 (Amsterdam, Holanda).
* En 2008 participó como intérprete, coreógrafo y músico en Los sensuales, con dirección de Alejandro Tantanián; y dirigió la obra Nada te turbe, nada te espante, escrita por Diego Manso dentro del Ciclo Óperas Primas en el Centro Cultural Ricardo Rojas.
* Fue galardonado con el Premio Trinidad Guevara 2011 como Mejor Coreógrafo por su espectáculo “La idea Fija”, el cual sumó también a Fernando Berreta como Mejor Iluminación.


# Agradecimiento especial a la artista CANDELA KRUP por las fotos de LA IDEA FIJA. Los invito a recorrer su majestuoso universo de imágenes en http://candelakrup.blogspot.com.ar/


Esta entrevista fue públicada en www.lavozjoven.com.ar

domingo, 3 de junio de 2012

Entrevista a Marcelo Savignone

“La función del teatro es construir el vacío”



Por Charly Zárate - Teatro

Acaba de reestrenar “HxH”, unipersonal de amplia experimentación, que le permite enlazar todo su ingenio actoral, tomando como columna vertebral la obra cumbre de Shakespeare y replantearndo el conflicto existencialista del actor desde la hipótesis del “ser o no ser”.

La música fue su primer emparentamiento con el arte. Repartía sus horas entre los estudios de medicina y su banda, pero la incomodidad de la exposición en escena lo llevó a tomar cursos de teatro y ese, dice con ironía, "fue el principio del fin". Aunque no dejó de tocar la guitarra o el violoncelo, ni de perfeccionar sus estudios de percusión en Cuba, su acentuación creativa se intensificó por lo actoral. Aquella germinación musical de la adolescencia contribuyó a su visión del teatro de manera integral y a la labor del actor en forma integradora. Marcelo Savignone ha edificado sobre esas cimientes, logrando conjugar un lenguaje propio y una construcción del teatro a nivel sensorial.

CZ: ¿Desde dónde bosquejas las rupturas de tus obras?

MS: Siempre que pienso en algo es a partir de entenderlo y desentenderlo. Para hacer “HxH” transité una versión ortodoxa de Hamlet de Manuel Iedbadni, que hicimos en el Centro de la Cooperación, donde representaba a Laertes; eso me sirvió para buscar mi propia forma. Mi creación esta muy basada en la filosofía de la improvisación, que va más allá de lo que comúnmente se entiende en estos tiempos sobre la llamada “impro” poniéndola en un lugar menor. Lo maravilloso de la improvisación es su filosofía de trabajo, que uno puede trasladar a una obra o a una forma de crear.

CZ: Hay mucho kamikaze de la improvisación…

MS: Es verdad. Eso es lo que ha debilitado un poco el territorio. También le ha ocurrido al clown en su momento. Tiene algo muy efectivo del absurdo y lo que se construye instantáneamente, pero a su vez es una verdadera prisión si uno no lo toma como una herramienta para construirse.


                    
                                                              "El teatro tiene que inyectar siempre algo"

CZ: En otra entrevista cuestionabas también eso, acerca de los actores y los clowns que utilizaban este recurso y se quedaban solo en eso.

MS: Me parece que es como si uno se pusiese en una misma prisión y no se permitiese crecer. Para mi es muy importante cuando me planteo un desafío propio o si estoy dando una clase, trato de seguir construyendo. Hay algo que planteaba Jacques Lecoq y es que la escuela de él estaba en movimiento, pero cuando el muere esa escuela dejó de estarlo. Entonces, allí hay algo de eso, si uno se queda anclado en algo deja de vibrar y la vida es movimiento. En la medida que uno profundice, eso te hace cumplir un ciclo y llevar hacia otro lado. Hay que dejar que las cosas evolucionen y no aferrarse a nada. El clown y la improvisación han sido marginados por ignorancia de cierto teatro elitista.

CZ: ¿Crees que se considera como un arte menor?

MS: Un poco es considerado así y otro tanto es el lugar en el que se han querido ubicar mucho de sus hacedores. Si el que hace improvisación no puede trabajar el texto, esta dismuyendose. O si un trabajo clownesco no puede desarrollar una poética con mayor profundidad, también se pone menor. Creo que hay algo de buscar que estar lejos de encontrar.

CZ: ¿Qué significó Sucesos Argentinos para vos?

MS: Es un recuerdo en el cuerpo muy importante, porque fue el comienzo. Nos juntamos a ensayar con Mina, Omar y Oski y se fue armando. De repente fue como que se nos hizo muy fácil, al mes estábamos en un bar con lleno total, luego hicimos teatro a la gorra y siempre todo con mucha alegría.

CZ: ¿Te costó salir de aquel "encajonamiento" y proyectarte solo?

MS: Lo que sucedió fue que en un momento tenía que explicarle a la prensa que lo que estaba haciendo solo no era improvisación. Y coincidió con un momento de la compañía donde varios habían viajado y yo sentía que no tenía más nada para decir. Fue allí que comencé a bucearme en algunos unipersonales como “Suerte”, “Vivo” y “Hamlet por Hamlet”.

CZ: Y justamente esos tres unipersonales empalman un hilo conductor soldado con una misma identidad creativa…

MS: Pienso que cada obra te lleva a un paso más lejos y te mejora. En el caso de “Vivo”, ha sido un proceso bárbaro con la incorporación de las máscaras y cambiar la idea de cómo construir un personaje, esa obra me ha enseñado a abrir mis diferentes zonas, lo cual fue provocador. Con “Suerte” pasó algo parecido, y en el caso de “HxH”, estaba presente también el hecho relevante de hacer Hamlet, pero la sensación y necesidad, posterior a eso, de mejorarse no solamente como artista sino también como individuo. Nuestra facultad de mejorar el pensamiento es a partir del hecho artístico.


                      
                                                                  "Cada obra te eleva un poco más"

CZ: ¿Te convirtió en mejor persona el teatro?

MS: En la medida que uno va trabajando profundamente en el arte, al ser un hecho sano, creo que te mejora. Pero en el buen sentido y desde lo genuino. Mientras pueda entender mejor algo y lo pueda brindar mejor en una clase, evidentemente estoy mejorando algo de mi y en consecuencia también del otro.

CZ: ¿Lo catarquico como se manifiesta?

MS: Siempre pienso que la catarsis hay que provocarla en el espectador, aunque uno como actor debe sentirse parte de eso. Obviamente que ante el drama, el actor se deja afectar y se produce una catarsis, pero hay otra catarsis muy potente que se da en el espectador, que es la que lo va a elevar y provocar para darle un presente a la actuación.

CZ: ¿Es cuando se activa el feddback?

MS: Totalmente. El teatro se construye cuando se abrió la puerta.

CZ: También esta el riesgo del horizonte de expectativa con respecto al espectador. ¿Cómo te manejas con eso?

MS: En ese sentido, creo que uno no debe perder su brújula. Si el drama va a ser la brújula, más allá que mis obras siempre tienen humor, trato de ir siempre más lejos en mi objetivo. La risa del público te acerca, pero los silencios también son geniales. Entonces, hay algo de apertura a nivel de registro pero hay una historia que contar y un drama que valorizar. Uno puede pecar de engolosinarse porque algo funcione y eso es tapar el vacío antes que construirlo. Con respecto a los medios de comunicación, tenemos mucha cosa que tapa vacíos embruteciendo a través del entretenimiento. Esto potencia mi idea de que la función del teatro es construir el vacío, tener la facultad que tiene el libro y diferenciarse del espíritu berreta de la televisión, que es una batalla pérdida para los que buscamos pensamientos. Pero en algún punto, hay millones de personas focalizando en eso que destruye el pensamiento.


             
                                                              "La catarsis hay que provocarla en el espectador"

CZ: Al momento de crear un personaje, ¿cuánto sirve la técnica y cuánto la intuición?

MS: Nunca me planteo el trabajo desde la técnica sino que la dejo venir cuando se la necesita, porque si hay algo que me fascina en el momento de la creación es perderme mucho. Sentirme un tonto dando vueltas en el escenario, como si no entendiera nada del teatro. A pesar de que en ese momento de extravío uno se siente tremendo, desde allí surge algo interesante, con más fuerza y mayor identidad de trabajo. La posibilidad de tocar el piso, el fango, no la da la técnica. Permitirse perderse para entrar en ese espacio de no saber, siempre te enseña un poco más.

CZ: Esto se vincula a la esencia lúdica del teatro…

MS: Creo que el juego no hay que perderlo nunca, pero hay que tener claro cómo hacerlo. Siempre debe estar en función de un drama para poder entrar en la poética y hacer viajar al espectador, para no caer en una utopía extraña sino más bien concreta. Intentar construir un mundo que antes de ese hecho dramático no existía o que estaba en un papel.

CZ: ¿Podes verle los hilos a otro actor?

MS: A veces veo actores que son muy buenos y con técnica, otras veo actores con mucha intuición pero quizás menos técnicos. Me inclino para ese lugar más visceral de la actuación, donde la intuición esta provocando y delinea zonas de riesgo.


                                      
                                                                                    Escena de "Suerte"

CZ: Hace más de diez años que te hiciste cargo del teatro Belisario. ¿Cómo fue la experiencia de asumir ese rol que excede a lo artístico?

MS: Estaba presentándome con Sucesos Argentinos allí en la época en que ese espacio lo remataban y justo tenía un dinero que había heredado, el cual preferí invertirlo en un espacio antes que comérmelo de a poco. El rol gerencial es lo que menos me gusta. Me interesa tener mi propio lugar donde poder montar mis obras y dar mis clases.

CZ: ¿El hecho de ser autogestor te quita energías para crear?

MS: La verdad es que no sé hacer mucho otras cosas. Soy como una especie de alienado del trabajo, pero por otro lado soy una especie de inútil en todo lo que no tenga que ver con mi profesión , entonces si me sacan el teatro me quedo un poco sin charla. Así que cranéo todo el día focalizando en el teatro.

CZ: ¿Creés que el teatro puede ser un espacio político?

MS: El teatro es un hecho político que está tomado por el entorno. Adhiero plenamente a Teatro por la Identidad porque tiene una causa muy profunda. Incluso he participado de ese ciclo y espero que siga adelante. Luego, me parece que el teatro ya es político por sí mismo, embanderarlo es subrayar algo que ya está. Lo mejor del teatro es cuando tiene su punto de vista y hace pensar.

CZ: ¿Siempre tiene que ser un emisor de mensaje o también puede ser solo un mero entretenimiento?

MS: Creo que si entretiene tiene que ser por algo, tiene que inyectar. Uno de los mejores elogios que recibo de mi trabajo es cuando alguien me dice “me dieron unas ganas de actuar...”. Entonces, si puedo transmitir eso, bienvenido; capitalicemos el entretenimiento para poder transformarlo en mensaje de algo.

CZ: En ese sentido, ¿el humor es un facilitador?

MS: El humor es extraordinario para decir cosas. Ya lo hizo Charles Chaplin en su momento de manera genial, entreteniendo y bajando línea en muchos frentes. Entonces el trabajo adquiere una profundidad interesante de transitar y se convierte en un hecho artístico. Si el actor toma demasiada rienda y dice “yo quiero contar esto”, me parece que se pone más difícil, en cambio si maneja adecuadamente el nivel de las sutilezas y se permite no ser entendido, la cosa cambia.

CZ: ¿Te definirías como un actor militante?

MS: Me siento un actor militante del teatro. No me considero de ningún partido político, pero sí alguien que adhiere a muchas causas, obviamente como las de los Derechos Humanos. Dice Horacio, “dame un hombre que no sea esclavo de sus pasiones que yo lo voy a guardar en el centro de mi corazón”, creo que allí sintetiza la idea de lo que uno como artista debe mantener.

CZ: ¿Cuál fue la transformación más importante que opero en vos el teatro?

MS: Si hay algo que el teatro me ha enseñado es que uno puede mejorarse, eso implica también ver nuestras cosas malas. A partir de eso, uno va capitalizando la autocrítica para modificarse. Tratar dentro de lo que pueda ser objetivo, en función de que siempre voy a tirar para adelante. Porque es mi forma de ver la vida y es lo que trato de transmitir en mis obras. Pero eso no me pone ciego, ni quiero volverme a sentir manipulado como me sucedió en algún tiempo.


                                  
                                "Ponerse una máscara balinesa es como realizar un pacto con el demonio"


CZ: Hace algunos años viajaste a Indonesia a indagar y profundizar en las máscaras balinesas, que pusiste al servicio de tu obra “Vivo”. ¿Qué concepto de teatro traspasa esa cultura?

MS: El teatro balines tiene muchas certezas que se irán viendo a lo largo de toda la historia oficial del teatro. Como por ejemplo, que en el Oriente, el drama siempre es más importante que el actor. Algo que en el Occidente nos pasa cada vez menos, ya que en general va el nombre del actor por sobre el de la obra. Después, el sentido plástico del teatro Oriental es extraordinario. Y el entrenamiento con máscaras empieza a abrir todos eso lugares. Ponerse una máscara balinesa de madera es un pacto con el demonio, porque te lleva a lugares increíbles y te amplifica.

CZ: ¿Se potencia el trabajo corporal con la máscara?

MS: La máscara tiene que ver con el cuerpo, pero el cuerpo siempre es de un interior, entonces lo que focaliza es ese interior. La actuación se modifica por un elemento externo que modifica mi interior. En este caso, el catalizador va a ser la máscara, eso va amplificar el cuerpo, pero si no tiene interior no hay nada que hacer. Es lo que le pasó a la Comedia De’ll Arte en su momento, que se quedó solo en su exterior, en lo acrobático y que luego dejó de atraer porque no explotó el interior.

CZ: ¿A partir de que idea trabajaste la dramaturgia de “Vivo”?

MS: A mi me interesa mucho “La teoría del accidente”, de Francis Bacon, donde desarrolla la mancha en la tela, desde el impulso que actúa sobre ella, hasta el delineamiento que produce al pintar. Entonces, cada máscara va manchando algo y generando una situación, y sobre el final empiezo a hilar todo lo ocurrido. Eso es algo de la idea, aunque más complejo.

CZ: Cuando interpretaste a Laertes en la versión de “Hamlet” de Manuel Iedbani, ¿ ya habías tenido algún otro acercamiento a Shakespeare?

MS: Fue lo primero que hice de Shakespeare, aunque había estudiado mucho del tema. Si bien la dirección de Manolo iba en otra línea, me vino bien como trabajo previo a “HxH” para ver como transitar la obra desde otro punto de vista. Yo empezaba a empezar en Hamlet en ese momento y justo me llamaron para aquel proyecto.


               
                                               "Entendí más el teatro desde que nacieron mis hijos"

CZ: ¿Qué es lo que resignificas de este clásico?

MS: Hamlet podría ser una tragedia política, una historia de amor trunca, sin embargo para mí tiene que ver con el “ser o no ser”. Ser o no ser Hamlet, ser o no ser actor. La hipótesis de “HxH” es la de un actor que esta ensayando Hamlet, que tiene un trabajo pedorro disfrazándose como Papá Noel, y que en un momento empieza a creer que verdaderamente es Hamlet, entonces la ficción/realidad comienza a fundirse, por momentos con visos muy lyncheanos . El proceso fue mutando hasta que pude dar con la idea del actor que ensaya y esta buceando en su búsqueda creativa.

CZ: ¿Qué importancia tiene el público?

MS: Es el partenaire en el sentido de construir el presente, y es quien te va acompañar en el drama. El actor no está supeditado a él ni esta por encima, la única diferencia es que el actor sabe a donde quiere ir y el espectador no sabe hacia donde lo llevan. Pero hay una situación pareja de respeto mutuo.

CZ: ¿Cómo sigue el año?

MS: Restrenamos “HxH” en el Konex, “Vivo” en el Belisario y también la creación colectiva con los alumnos del IUNA. Por otro lado, comencé los ensayos de "Un Vania", la versión del clásico drama de Chejov, donde dirijo y actúo, para estrenar en septiembre. Además de las clases en mi escuela que vienen muy bien.

CZ: Si bien me has dado muchas definiciones personales de lo qué es el teatro para vos, me gustaría que puedas sintetizar una para el cierre…

MS: Es mi cuerpo vivo, latente y presente que quiere hacer. El teatro me lleva a un lugar muy visceral y de la niñez. He entendido mucho más el teatro desde que nacieron mis hijos, mientras los veo crecer me fascina ver las reglas del teatro que están casi todas allí.

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HxH – Hamlet x Hamlet
Idea, interpretación y dirección: Marcelo Savignone
Ciudad Cultural Konex
Sarmiento 3131
Funciones: Jueves 20:30hs
Entradas: $50

VIVO
Concepción, interpretación y dirección: Marcelo Savignone
Belisario Club de Cultura
Av. Corrientes 1624
Funciones: sábados 23 hs
Entradas: $50



DETRÁS
Dirigida por Marcelo Savignone, “Detrás” relata la vida de post-guerra de una familia que, tras la muerte del Padre-Capitán, se aferra a una prótesis, único recuerdo del difunto. Dos hombres acechan la casa con intenciones desconocidas, y la rutina se ve interrumpida por la llegada de un misterioso inglés.
La obra es una creación colectiva basada en el desarrollo y la utilización del espacio como soporte dramático y su propuesta artística tiene como modelo estético teatral de base el grotesco canónico atravesado por otros géneros como el melodrama.

Ciudad Cultural Konex
Sarmiento 3131
Funciones: Viernes 23hs
Entradas: $45

MATRIOSKA MIENTRAS SE PUEDA
Dirección: Marcelo Savignone
Sede IUNA
Venezuela 2547
Funciones: sábados 21hs