miércoles, 6 de marzo de 2013

Entrevista con Analía Fedra García

“Si sé cómo tengo que dirigir una obra, no la hago”

Por Charly Zárate
Se lanzó a dirigir un texto de un autor polémico y difícil de poner en escena, pero su tenacidad como directora sumado a un elenco de sólidos y talentosos actores lograron una brillante versión de “Greek”( A la griega), del londinense Steven Berkoff.

La obra se presenta los sábados y domingos en el Centro de la Cooperación, y desde hace varias semanas se pueden ver colgados los “codiciados” cartelitos de localidades agotadas. Es que la directora Analía Fedra García, no solo entendió cómo desentrañar la dramaturgia de Steven Berkoff de forma admirable, sino que ha elegido a cuatro personas que supieron elevar un prodigioso texto de manera integradora y glandular sobre sus cuerpos de actores. Ellos son Ingrid Pelicori, Martín Urbaneja, Horacio Roca y Roxana Berco.
CZ: ¿Cuándo llegó el universo de Berkoff a chocar con el tuyo?
AFG: Después de haber dirigido “Chiquito”, empecé a leer muchas obras para ver cuál era la siguiente. Fue Luis Cano quién me sugirió que lo leyera porque era un autor interesante. Si bien la que siguió fue “El nombre” de Jon Fosse, ya era un texto que comenzaba a tomar forma de proyecto en esa época.
CZ: ¿Qué fue lo que te atrapó de aquella primera lectura?
AFG: En principio, toda la cuestión mitológica y lo relacionado al mundo griego siempre me atrajo. El humor negro y procaz de Berkoff me divierte muchísimo. Además, es una obra muy vertiginosa, que me hizo transitar por distintos estados de ánimo durante la lectura. La decisión de querer hacerla fue tratar de generar con el espectador ese diálogo fluido que yo mismo había experimentado. Aunque después uno no sepa lo que sucede, ya que eso nunca se sabe. Pero la búsqueda tenía que ver con eso.
CZ: Como espectador, mi sensación tras la obra fue de un cansancio absoluto. Sentí que la obra me traspaso por diferentes zonas…
AFG: Heiner Müller , un autor alemán obsesionado por Shakespeare , el creador de “La Maquina Hamlet”, decía que las obras shakesperianas son como un animal orgánico que se va transformando. Esa comparación de los comportamientos que él hace también la advierto en el texto de Berkoff, ya que te ataca, se distancia, te envuelve, te escupe, te ama, te mata. Comportamientos animalescos que traspasan al espectador y lo dejan en ese estado que vos contas.
"Chiquito" - Analía Fedra García
Con "Chiquito" ganó premios y reconocimiento
CZ: ¿Qué debe tener un texto para que elijas llevarlo a escena?
AFG: Cuando leo una obra si sé cómo hacerla directamente la abandono, no la hago. Con este texto tuve una atracción muy grande, pero a su vez una incertidumbre aún mayor de no saber cómo hacerlo. En los trabajos que he realizado hasta ahora siempre me incliné por elegir textos que transformen el proceso de ensayo en una búsqueda intensa que me lleve a indagar y bucear en mares profundos.
CZ: ¿Cómo se fue conformando ese cuarteto de actores y cuál fue el criterio de búsqueda?
AFG: Al primero que convoqué fue a Martín Urbaneja y él me recomendó a Roxana Berco. Para los otros dos actores busqué un poco más, porque es un arduo camino no solo encontrar con quien uno quiere trabajar sino que también coincidir que esas personas puedan. Me focalicé en buscar actores de teatro, y se conformó un grupo muy homogéneo en ese sentido, con un hilo conductor en común que fue la entrega absoluta con la que han trabajado en todo el proceso de ensayo que fue bastante acotado, ya que arrancamos en enero y a mitad de marzo ya estábamos estrenando. Todo fluyo de manera armoniosa y se armó un equipo maravilloso, con una gran interrelación e intercambio generoso entre los actores. La apertura al diálogo prevaleció ante todo y las ganas de exponer un trabajo en común.


CZ: Con el único de ellos que habías trabajado fue con Martín Urbaneja en “Chiquito”, ¿qué cambios destacas de su labor como actor?
AFG: Pasaron varios años y ambos hemos cambiado bastante. Martín tiene una gran intensidad como actor, además de un nivel de entrega tremendo. Es de esos actores que se pone la camiseta y da todo de sí para llevar adelante el proyecto que le toque encarar, y eso se agradece.
CZ: La obra es muy polisémica en su totalidad. ¿Por dónde te llegó con mayor profundidad?
AFG: Lo que más me interesa es cómo interpela al público con preguntas y la forma en que lo va poniendo en jaque. Quizás no me seduce tanto la postura que toma con respecto a Margaret Thatcher, sino qué preguntas nos hace como personas, especialmente las que tienen que ver con la dignidad del hombre, el amor y las etiquetas que se le pone a ciertas relaciones, y cómo eso se va enquistando en la sociedad . En el prólogo del texto, Berkoff plantea que para nosotros es totalmente natural que un hijo mate a la madre pero nos parece inconcebible que un hijo ame a la madre. Esto es una provocación que te interpela pero, a su vez es, está formulando una pregunta.
CZ: De cierta manera, el texto se va estructurando con estas interpelaciones constantes…
AFG: Totalmente. Igual que en toda la obra plantea la cuestión acerca de qué acción se está llevando a cabo; si es una acción destructiva o una destructiva/constructiva amorosa. Esas son dos líneas que lo traspasan todo y nos va llevando de un extremo a otro de reflexión.
" Nadie tiene el valor absoluto ni supremo para determinar o juzgar el amor "
CZ: En el epílogo se germina una suerte de legitimación del incesto, revirtiendo el desenlace trágico que instala Sófocles sobre el mito de Edipo…
AFG: Eso lo hemos charlado bastante con Ingrid, ya que la civilización occidental se forma a partir del tabú del incesto, entonces la provocación que esgrime Berkoff es instaurar sobre esa idea que insertó el gen de violencia en el hombre. Y termina haciéndonos reflexionar si no era mejor el incesto y volver a aquel estado de naturaleza primigenia.
CZ: “Es el amor, no importa la forma que tenga”, simple y contundente, ¿no?
AFG: Es que es así. Nadie tiene el valor absoluto ni supremo para determinar o juzgar el amor que se tienen dos personas.
CZ: Y lo interesante de ese axioma es que excede al amor fraterno, y se aplica para cualquier clase de amor diverso…
AFG: En eso me parece que rescata algo que esta bueno para repensar y ponerlo en dialogo con el público.
CZ: ¿Cómo fue tu formación?
AFG: Estudié cuatro años de actuación en Andamio 90 cuando aún estaba Alejandra Boero, y luego continué mi formación con Juan Carlos Gené y Verónica Oddo. Fue allí dónde me motivé con la dirección, y luego decidí entrar de lleno en el IUNA a perfeccionarme en esa área. Ahora estoy haciendo un doctorado en artes en la Universidad de La Plata. Además trabajo en el IUNA como ayudante de Luis Cano, en la cátedra de Dirección IV.
CZ: ¿Qué rol jugó tu familia en aquel proceso de vocación artística?
AFG: En realidad yo iba a ser bióloga, de hecho cursé los primeros cuatro años de la carrera. Quería ser como Jack Cousteau (risas). Si bien el cambio fue radical, hay algo que emparentaba ambas vocaciones y que tiene que ver con indagar e investigar que son procesos que me fascinan. Pero como soy muy decidida y determinante, la familia se acoplo a mi nueva elección.
CZ: ¿Qué representa para vos el teatro?
AFG: El teatro para mí es un lugar donde poder encontrarse y compartir. Por eso intento buscar siempre obras que entren en diálogo con el público, para potenciar ese vínculo. Me parece maravilloso que estemos cien personas compartiendo un momento único y que nunca se repite. Y hoy en día, donde tanta tecnología está al servicio de fomentar el individualismo del hombre, ser parte de un espacio colectivo como el teatro me llena de plenitud.
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Ellos por ella
Martín Urbaneja
Es el protagonista de la obra y a quién le ha tocado la tarea más difícil desde su personaje, porque tiene muchos cambios entre las escenas, y eso se da de forma instantánea y sin transiciones. No es una obra realista que permite tomarse sus tiempos, todo lo contrario, aquí se va de un extremo al otro de manera fugaz. Martín ha logrado encararlo de forma versátil y con mucha ductilidad. Además, él tiene un nivel de intensidad absoluto y el trabajo corporal que realiza en Greek es muy esforzado físicamente.
Horacio Roca
A él lo había visto en “La soledad de los campos de algodón”, donde realizó un papel impresionante con ese texto de Bernard Marie Koltés que también es un autor muy difícil de transitar. Es un gran actor de teatro, muy detallista en todo lo corporal y profundo en cuanto a la exploración del texto. Al igual que el resto, él se abrió a trabajar e indagar en algo que nadie sabía de entrada cómo era. Estuvo muy abierto al diálogo y a dar mucho de su experiencia pero también a recibir de lo que se proponía desde el grupo.

Roxana Berco
A Roxana llegué a través de Martín Urbaneja, fue él quien me propuso que le parecía interesante que ella hiciera de su mamá, y tiene una combinación de algo muy maternal y a la vez una calidad muy sensible. Entonces, esa combinación me pareció interesante, además que es una mujer muy atractiva como para hacer de la mamá de Eddy. Físicamente al verlos juntos me pareció que daba muy bien en la dupla con Martín, en ese doble rol filial y amoroso. A ella no la había visto nunca trabajar, en este caso hice confianza ciega.
Ingrid Pelicori
Ella es una de las mejores actrices que tenemos. Muy minuciosa y delicada en su labor actoral. La primera vez que la vi actuar fue junto a Juana Hidalgo en "Ceremonia a la hora del té" y me encantó. Lo que tiene Ingrid es mucha claridad sobre cuál es la actuación que la obra está pidiendo. Ella hace mucho análisis del texto e investiga de lleno en la actuación. Tiene una actitud muy activa y atenta como actriz, lo cual le permite entender pronto cuál es la línea que se marca desde la dirección. Además, como ha transitado tantos autores distintos y de diferentes estilos, tiene un entrenamiento tan prodigioso que le permite encarar roles totalmente diferentes sin caer en tironeo de ningún tipo y con una capacidad de entrega asombrosa.

GREEK
Centro Cultural de la Cooperación
Av. Corrientes 1543
Funciones: viernes y sábados 22:45

viernes, 1 de marzo de 2013

Entrevista con Alejandra Radano

“En el arte encuentro casas más habitables”



Por Charly Zárate

La cantante y actriz que ha transitado una exitosa carrera en el exterior, hace escala en Buenos Aires para presentar “Delirio Gaucho”, su nuevo espectáculo donde rescata versiones inexploradas de canciones con poéticas surrealistas y aires de campo.


Bajo la aceitada dirección de Fabián Luca, este binomio que deslumbró con “Danza maligna”, “Canciones degeneradas” y “Tango Reviü”, vuelve al ruedo con un repertorio que nos invita a viajar en el pasado con una estética singularmente futurista. Ellos dicen que una tarde de tormenta tropical decidieron elegir un “ramillete de melodías olvidadas” que antaño entonaron intérpretes como Imperio Argentina, Alady, Ada Falcón, Carmelita Aubert y Ginamaria Hidalgo, entro otros.
Podría decirse que “Delirio Gaucho – Canciones del interior” tiene su precedente, en cuanto a una arquitectura conceptual que sostiene ideas fragmentadas en un imaginario musical y teatral, en “La inhumana”, espectáculo que Radano presentó hace dos años, también en el Centro de la Cooperación.
Alejandra Radano debutó en 1990 en el “Drácula” de Pepe Cibrián. Luego, asumió roles principales en varios de los clásicos de la comedia musical americana, como “Cats”, “Beauty and the beast”, “Chicago” y “Cabaret”. En el Teatro General San Martín encarnó a Polly Peauchman en “La ópera de tres centavos” de Brecht & Weill.
De su trayectoria también se puede destacar que participó como invitada del Festival Internacional de Tango de París 2003. En la Ciudad Luz, trabajó bajo la dirección de Alfredo Arias en “Concha bonita”, “Relaciones tropicales”, “Divino amore”, “Tatuaje”, “Cabaret Brecht Tango Broadway” y “Tres tangos”. En Alemania, trabajó junto a Hanna Schygulla en la ópera de cámara “Tango mon amour”, del compositor Jorge Zulueta.
Hace pocos días concluyó sus participaciones especiales en el espectáculo músical "Babooshka", donde acompañaba en algunos temas a su amigo y compañero Carlos Casella, con quien ya habían compartido escenario en otras obras.
Una mañana lluviosa nos cruzó en un porteño bar de Boedo. Ella es amable, muy dulce al hablar y espontánea. A cara lavada se vislumbra una mujer de atractiva belleza. Cada respuesta esta hilvanada por su arte, allí anida con placer y cuesta correrala hacia otro lugar, ella asegura que "hay algo de la verdadera realidad que no le interesa".


"Mi formación es ecléctica"

CZ: ¿Cuándo surgió la idea de hacer "Delirio Gaucho"?

AR: Cuando se realizó el Festival Internacional del Tango en París, dos de las cantantes convocadas para ese proyecto habían quedado embarazadas, entonces me invitaron mí. Fue una sorpresa muy grande porque no soy cantante de tango, en realidad soy cantante de teatro musical. Allí me enfrenté por primera vez con el repertorio campero, compuse un tango con guitarras y mi voz hizo empatía con ese material. Le propuse a Fabián Luca que abordemos ese repertorio a través de mi personalidad; empezamos a juntar todo este material y así se armó el espectáculo.

CZ: ¿Fue complejo el proceso?

AR: Es bastante complicado el repertorio de canciones, porque ellas necesitan una maduración determinada. Si bien hemos estrenado la versión teatral en el Centro de la Cooperación, ya veníamos haciendo la versión recital en Clásica y Moderna y en el Festival Cervantino en Azul. Esto nos permitió recorrer el material y aprehenderlo con mayor solidez.

CZ: ¿Cuál fue el criterio de selección para las canciones?

AR: El surrealismo es el lazo que las une, pero luego se fue armando una genealogía natural entre las canciones. Todo tiene que ver con un hilo conductor bastante subterráneo, porque no se relacionan a través de una historia en común sino a través de otras cosas.

"Mi voz es mi vestimenta"

CZ: ¿Qué sabés del origen y destino de esas canciones cuasi desconocidas?

AR: Sinceramente investigué mucho sobre cada una de ellas. Por ejemplo, Carmelita AUbert tiene un solo disco editado por un sello español que se llama justamente El delirio, al igual que Alady (El Rey del Music Hall español), pero son canciones muy raras que nunca se las escuché a ningún otro intérprete. Los años ‘30 fueron épocas muy delirantes en cuanto a la producción, las letras y las performances.

CZ: ¿De dónde surge el título del espectáculo?

AR: Es un homenaje al tango homónimo de Alfredo Eusebio Gobbi, que fue un artista del varieté porteño, muy avanzado para la época y que abrevó en todos los estilos, viajó mucho y formó un famoso dueto cómico con su esposa. Ellos diseñaron una postal de nuestra identidad. Nosotros no somos “el tango”, sino una versión desmembrada y nos nutrimos de otros eslabones. Por eso Ramón Salina que es el bailarín folklórico del espectáculo, es como un pedazo de tierra, alguien puro que viene de tierra adentro. Parece salido de una pintura de Molina Campos. Todos esos detalles fueron construyendo el discurso interno de este proyecto.

CZ: ¿Hubo un delineamiento o concepto dramatúrgico?

AR: Puede ser, pero insisto que tiene que ver más con ese hilo que es bastante subterráneo y que tiene que ver con cosas que suceden en la mente. Es desde allí donde uno puede cambiar esa música y poner otra, eso tiene que ver con usar una idea interna de uno sobre las cosas.

CZ: ¿Cómo fue diseñada la puesta en escena?

AR: La trabajamos juntos con Fabián Luca, fue él quien planteó ese espacio escenográfico y a partir de ahí fuimos construyendo. De alguna manera el espectáculo es como una postal, y para mi tiene que ver más con la idea de un recital iluminado que con un espectáculo teatral.

CZ: ¿Cómo aparece mezclado lo extraterrestre?

AR: En parte, tiene que ver con la fantasía que se ha creado sobre La Pampa, pero también las canciones mismas nos fueron llevando a esos lugares. Si prestas real atención a las letras parecen escritas por extraterrestres. Todo lo que hicimos sale de las canciones, lo que nos proponía la música y lo que nos sugerían esas palabras.


"El surrealismo es el hilo conductor en Delirio Gaucho"
CZ: Me pareció fabuloso ese intermezzo con el monólogo de Juan Verdaguer…

AR: Es que de alguna manera se engarzó con la propuesta. Me gusta mucho cuando Verdaguer dice que "el humor tiene tres vertientes: el ridículo, la exageración y la suegra”, igualmente más allá de ser un homenaje este monólogo que rescatamos, reconozco que también fue una figura bastante misógina. Lo que el habla sobre las mujeres es bastante terrible. Sobre la suegra se han ocupado de escribir bastante. Yo solo hice una selección de sus chistes pero hay peores. Pero de alguna manera hay algo que se muestra en relación a ese gaucho que recreamos. Es que el gaucho como es una figura dominante y relega a la mujer. De allí surge también la idea de que la mujer que se revela es vista como un extraterrestre.

CZ: ¿Desde dónde te traspasa lo gauchesco?

AR: Las canciones son como textos teatrales. Uno actúa con la voz que es como una vestimenta que te pones. Desde ese lugar hago empatía y puedo aplicar mi voz al enfrentarme con este material.

CZ: Estar sosteniendo un espectáculo tan minucioso y detallista, donde todo esta sincronizado, requiere un nivel de exigencia muy alto, ¿cómo lo transitas en escena?

AR: Eso conlleva un entrenamiento que me gusta y que tiene que ver con el tipo de lenguaje de la danza, donde se destaca la precisión y pulcritud de los movimientos.

CZ: La estética es algo que te atrapa, ¿no?

AR: Para mi la estética es fundamental. Hay un lugar en el cual la real realidad no me interesa. En el arte encuentro casas más habitables.

    
"Tuve una infancia bucólica"

CZ: ¿Cómo fue tu formación?

AR: Fue bastante ecléctica. Siempre fui muy inquieta artísticamente, incluso hubo un momento en el que viví mucha angustia porque no sabía qué era lo que tenia que hacer ya que todo me gustaba. Ahora soy más ordenada y entiendo un poco más. Pero igual creo que este camino que elegí requiere que uno abreve en todas las disciplinas posibles.

CZ: ¿Cómo te vinculaste con Alfredo Arias?

AR: Cuando estaba haciendo “Drácula”, Pepe Cibrián me llevó a ver “Familia de artistas”, allí conocí la obra de Alfredo, donde estaban Iris Marga, Lía Jelín, Marilú Marini, Norma Pons entre otros. Pasaron diez años, hasta que Ricky Pashkus lo invitó a ver “Chicago”, y luego de eso Alfredo me invita adicionar para una comedia musical que montó en Paris. Fue una experiencia increíble y de gran aprendizaje lo que viví artísticamente a su lado y lo que seguiré aprendiendo. 

CZ: ¿Tiene algún otro proyecto juntos?

AR: Claro, en agosto estrenamos en en el mítico Teatro de Montparnase en París dos espectáculos, uno llamado “Cinelandia”, que esta basado en tres películas argentinas, y el otro “Hermanas Peralta”, donde comparto escenario con Sandra Guida como duetistas, haciendo un recorrido bastante ecléctico sobre el repertorio de dúos famosos.

CZ: Hace poco se cumplieron 20 años de aquel histórico estreno de “Drácula” en el Luna Park donde vos entrabas a esta profesión por la puerta grande a través del personaje de Ninette, ¿nos regalaría algún recuerdo de esa época?

AR: Me acuerdo de toda esa locura, de las audiciones y de que a todos los que estuvimos allí nos ha cambiado la vida totalmente. Tengo muy buenos recuerdos de Pepe, él es de la vieja escuela del teatro que te enseña la disciplina sobretodo. El momento que rescato siempre fue un día que estábamos con Pepe en el sector más alto de la popular del Luna Park y me dice “mira…”, estaba todo el estadio vacío, y fue una sensación absolutamente indescriptible presenciar esa inmensidad del lugar donde estábamos. Esa fue una foto de la ambición que él tenía y que luego se tradujo en algo palpable.

CZ: Delirio gaucho también es disco…

AR: Así es, he acariciado otro gran sueño. Este es mi primer disco como solista y allí están todas las canciones que interpreto en la obra. Fue un trabajo muy arduo realizado con Diego Vila, con quien comenzamos a vincularnos a partir de “La Opera de Tres Centavos”; él es un músico inmenso y una persona extraordinaria.

CZ: ¿Podrías definir tu imaginario artístico?

AR: El paisaje mental es lo que uno construyó de lo que pudo procesar del paisaje exterior. Tuve una infancia muy fabulosa y he construido a partir de allí. Vivía en una casa que tenía un jardín enorme lleno de arboles, plantas acuáticas, tréboles y violetas. Mi abuela tenía mesas por todo el patio llena de cactus exóticos y coloridos... En pascuas traían los corderos y los degollaban delante de nosotros y para mi era fabuloso ese mundo. Me veo corriendo detrás de las gallinas sin cabezas después que mi abuela se las cortaba... Tengo una anécdota de cuando tenía cuatro años y mi hermano dos, que nos ataban arriba de los pavos reales y hacíamos carreras montados en esas aves. Después de esa infancia bucólica... Delirio gaucho.

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DELIRIO GAUCHO
CANCIONES DEL INTERIOR



Intérprete: Alejandra Radano
Guitarras: Los primos Gabino: Nacho Cabello, Juan Pablo Esmoklew, Esteban Tibiruiz
Bailarín: Ramón Salina
Idea: Fabián Luca y Alejandro Radano
Ambientes y Música Incidental: Diego Vila
Fotografía: Eduardo Torres
Cover Art: Fabián Luca
Iluminación: Gonzalo Córdova y Fabián Luca
Escenografía/Vestuario/Dirección: Fábián Luca



# Todas las fotografías de la obra Delirio Gaucho corresponden a la artista Candela Krup. Los invitamos a recorrer más de su maravilloso arte entrando a su universo: http://candelakrup.blogspot.com.ar/